Aló, Presidente salió por primera vez al aire desde la sede de Radio Nacional de Venezuela (RNV), en Caracas, el 23 de mayo de 1999 y desde ese mismo día se convirtió en el programa de opinión de mayor sintonía, crítica y referencia nacional. Ha recorrido un largo trecho con paso firme y sostenido.
Con el único interés de informar e interactuar con el pueblo sobre los programas, planes y estrategias del Gobierno revolucionario, inició un diálogo entre el Presidente y el soberano. El circuito Unión Radio, Radio Continente, Radio Capital y YVKE Mundial, entre otras emisoras, hicieron posible su transmisión en todo el país.
Aquel 23 de mayo se cumplían 100 años de la Revolución Restauradora de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Análogamente, Aló, Presidente nació también para cerrar las puertas de un siglo y abrir las de otro, enarbolando una revolución pacífica como estandarte.
Ameno, histórico, jocoso, romántico y a veces sentimental. Así es Aló, Presidente, un programa que brindó y sigue brindando a un país la oportunidad inédita de interactuar con el Jefe de Estado, conjugando en un mismo espacio las esperanzas de todo un colectivo, por años silenciado, y en quien ahora reside la palabra.
Un formato sin precedentes
Aló, Presidente comenzó con una hora de duración, pero el tiempo transcurrió y el horario definitivamente varió. Con récords registrados de hasta ocho horas de transmisión continuas, el líder venezolano ha hablado de todo: deportes, música, política, historia, geografía, economía y hasta gastronomía.
El primer escenario fuera de RNV fue San Juan de Los Morros, en Guárico, durante el sexto programa realizado el 4 de julio de 1999. Se destaca una transmisión histórica en vivo y directo, que ningún otro medio audiovisual ha podido realizar, cumplida desde Macuro, el 7 de noviembre de 1999. Pero aún faltaba más.
La primera transmisión conjunta por radio y televisión fue el 27 de agosto de 2000, en el programa número 40, a través de la señal de Venezolana de Televisión. A partir de entonces, cada domingo visita los hogares de todos los venezolanos y, en adelante, han sido contadas las ocasiones en las que el Presidente ha faltado a la cita.
Hubo dos oportunidades puntuales en las que no pudo acudir personalmente pero participó por teléfono. Estaba enfermo y por primera vez en Venezuela se decía que un presidente tenía gripe. La primera ausencia fue el 24 de marzo de 2000, aún en radio, y el programa lo hizo Isaías Rodríguez. Luego, el 28 de enero de 2001, Adina Bastidas estuvo al frente. En ambos casos el programa se llamó Aló, Vicepresidente.
La primera transmisión en usar señal satelital fue desde Isla de Aves, el 22 de octubre de 2000.También destaca una primera transmisión en vivo en movimiento, que se hizo el 4 de febrero de 2001 a bordo de una caravana de carros que recorrió tres estados, más de 300 kilómetros, en la edición número 61.
En adelante, el programa se llevó a cabo en diversos escenarios, realizándose en todos las entidades que integran el país.
De acuerdo con registros del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (Minci), tan sólo en sus primeros cuatro años trató más de 500 temas de interés nacional e internacional e hizo más de 800 anuncios, sin enumerar los denominados “tubazos”.
Por ello, el género de la noticia es un elemento constante en este programa sin precedentes. Tal es el caso de las múltiples designaciones de funcionarios anunciadas por el Presidente en su espacio dominical.
Sólo en el año 2000, por ejemplo, comunicó al pueblo cuatro nombramientos significativos: Isaías Rodríguez como vicepresidente, el 23 de enero; Trino Alcides Días como máxima autoridad del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), el 5 de noviembre; Alí Rodríguez Araque como secretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), el 12 de noviembre; Adina Bastidas como primera mujer vicepresidenta, el 24 de diciembre, entre otras informaciones de corte político y de interés nacional.
También, en la primera mitad del período que lleva al aire el programa, Chávez recibió más de 25 mil cartas, y a muchas de ellas les dio respuesta al aire. En el mismo lapso habló por teléfono con más de 6 mil personas entre público en general, funcionarios de Gobierno, sacerdotes y militares.
De un formato discreto y de corta duración, Aló, Presidente dio pasos agigantados para posicionarse como un espacio de amplio reconocimiento nacional e internacional, extendiendo su horario de duración y multiplicando su audiencia; pero manteniendo su economía de recursos y sin requerir grandes tácticas mediáticas.
Interactivo y dinámico
Aló, Presidente es el único programa en el mundo en el que un Jefe de Estado, además de analizar los grandes temas del momento, alza su voz para interpretar canciones que hoy forman parte de su repertorio.
“Canta, canta compañero que tu voz sea disparo, que con las manos del pueblo no habrá canto desarmado”, tema de Alí Primera, fue el primero que el Presidente cantó al aire. En adelante, siempre ha tenido a la mano estrofas sueltas de coplas y versos que entona con su estilo original y que incorpora a su discurso, dándole gracia y agilidad a temas no siempre fáciles de roer.
“El arsenal simbólico de Aló, Presidente contiene creación literaria, cancioneros populares, geografías, colores, olores, sabores, historia, psicología, semiótica... como palabra creadora y sabiduría de un discurso poético que se hace sin pedanterías y exhibicionismos”. Así lo reseña Fernando Buen Abad, en su texto Venezuela: Aló, Presidente. Guerrilla semiótica televisada.
Pero a Chávez también le cantan. La primera mujer que llamó para cantarle por teléfono fue Helena Gil, una indígena pemón que le dedico el tema Orinoco, y el 29 de octubre del 2000, en el Aló, Presidente número 49, los ojos y oídos del mundo voltearon hacia Venezuela para escuchar al jefe de Estado de Cuba, Fidel Castro, interpretar en el programa la canción Venezuela.
La interacción ha sido una constante en este espacio. Aló, Presidente no es un informe ni un reportaje. Jamás un monólogo. Se ha paseado desde llamadas telefónicas hasta participación activa del público asistente, pero siempre ha existido la multiplicidad de actores.
Chávez no es protagonista único, sino más bien un personaje envuelto en la piel de todos: niños y niñas, adolescentes, adultos, ancianos, obreros, madres, campesinos. En él convergen millones de caras que ven su reflejo cada domingo frente al televisor. Caras que expresan un sentir. Caras con bocas que ríen, reclaman, exhortan... y cantan.
De Venezuela para el mundo
“Nadie imaginaría que un programa televisivo largo, muy largo, basado casi en una sola toma, sin movimientos, con un hombre que habla y habla, que incluso canta de cuando en cuando, y feo, sería uno de los foros de comunicación política más importantes en plena civilización de la imagen”. Tal apreciación pertenece a Fernando Buen Abad, quien enfatiza que Chávez no es un “galán de pantalla” ni el vendedor más grande del mundo.
Aún así, más de 350 periodistas internacionales han venido a Venezuela sólo para ver el programa y, en oportunidades, Aló, Presidente se ha trasladado al exterior para hacer sus transmisiones.
El número 52 fue desde Guatemala, hecho histórico en el que, por primera vez, el entonces presidente Alfonso Portillo convocaba una cadena nacional de radio y televisión; el número 64 fue en República Dominicana, con la participación de Hipólito Mejías, quien gobernaba en ese momento; el 153, desde Brasil; el 160, en Argentina; el número 231 desde Cuba, entre otros.
Asimismo, hubo una transmisión desde el estado Vargas pero que cruzó fronteras venezolanas: el programa del 17 de diciembre del 2000, número 55, se vio en vivo en Cuba, Brasil y España.
Aló, Presidente. Un programa histórico no sólo por el personaje sino también por los escenarios, los contenidos y los invitados, que brindó la oportunidad a mucha gente que fue operada, recibió asistencia legal, viviendas, empleos.
En la edición número 53 un niño invidente le cantó al Presidente, le pidió una operación para ver porque decía que quería ser famoso. Hoy Rigoberto, aquel infante, tiene un disco grabado con canciones de Alí Primera luego de ser intervenido quirúrgicamente por orden presidencial.
Desde este espacio dominical, Chávez establece un puente de comunicación con el pueblo. En cada programa, ofrece información de primera mano sobre los avances de la Revolución bolivariana a través de un mensaje novedoso y pedagógico.
En cada Aló, Presidente está presente el país, con sus esperanzas y con sus necesidades, con sus deseos de superación, su voluntad de lucha. Aló, Presidente llega a los hogares venezolanos como una guía, como un espacio organizador estratégico para la movilización social, como una ruptura de los cánones mediáticos preestablecidos y convencionales.
Es también una ventana abierta al entendimiento de la realidad, enfocada desde todos sus ángulos pero explicada con métodos sencillos que, sin la grandilocuencia que aburre, alcanzan con precisa puntería a todas las audiencias.
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