Los Bafana Bafana vencieron por 1-2 a Francia en el último partido de ambos por el Grupo A de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, disputado en el estadio Free State de Mangaung/Bloemfontein el 22 de junio. Para los anfitriones fue un triunfo agridulce, dado que por diferencia de goles no pudieron obtener el billete para acceder a la segunda ronda, en la que ya están Uruguay y México. Es la primera vez en la historia de la competencia que el país organizador no supera la etapa de grupos.
Los primeros minutos mostraron a dos selecciones equilibradas, que manejaban el balón sin mucha profundidad. Un poco más Francia, que aprovechaba la velocidad de Franck Ribéry y André Gignac para acercarse al área sudafricana. Durante el primer cuarto de hora del partido, los galos fueron quienes dispusieron al menos de dos tímidas llegadas.
Con el correr de los minutos, el dueño de casa tomó mayor confianza y si bien no tuvo mayor posesión de pelota, lo hizo con más criterio. En una de sus aproximaciones, Siphiwe Tshabalala ejecutó un preciso saque de esquina que cabeceó Bongani Khumalo anticipándose a Abou Diaby y enviando el esférico al fondo de la red (1-0, 20’).
Los europeos, para colmo de males, sufrieron la expulsión por tarjeta roja directa de Yoann Gourcuff, a los 25 minutos. Sudáfrica aprovechó la desesperación de los franceses y manejó los tiempos con inteligencia y precisión. El segundo gol llegó tras un servicio de Tsepo Masilela que rebotó en Gael Clichy y Katlego Mphela sólo tuvo que empujar a las mallas (2-0, 37’).
Con llegadas en ambos arcos
Tras el descanso, Sudáfrica fue claro dominador. Pudo ampliar el marcador en una excelente habilitación de Thsabalala para Mphela, que mano a mano con el arquero Hugo Lloris, remató fuerte y estrelló la pelota en el travesaño.
El técnico Raymond Domenech hizo entrar a Thierry Henry en un último intento por enderezar el rumbo de la nave. Pero no fue suficiente ante los ordenados sudafricanos.
En uno de los avances franceses, Bakari Sagna combinó con Ribéry, que habilitó la entrada de Florent Malouda, quien definió suave con el arco vacío (2-1, 70’). Los europeos ponían así fin a 363 minutos de sequía goleadora en la Copa Mundial.
De ahí en más el pleito fue de ida y vuelta, con una Francia volcada de forma más decidida al ataque y una Sudáfrica que aprovechaba los espacios. Sin embargo, ninguno pudo comprometer seriamente a los porteros.
El final exhibió la impotencia de los locales por saber que la diferencia de gol no les alcanzaba pero con la satisfacción por su desempeño en la Copa Mundial. Francia, en cambio, fue toda desazón: con un empate, dos derrotas y sólo un gol anotado, estuvo muy lejos de aquel finalista de Alemania 2006.
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